
En casi todas las cámaras análogas, la apertura del diafragma, (el tamaño del orificio en el interior del lente, a través del cuál pasa la luz) se controla mediante un anillo situado en la montura del lente, que al girar aumenta o reduce la apertura para controlar el paso de la luz. En el caso de las cámaras digitales, se controla desde una perilla en el cuerpo de la cámara la que se abre o cierra el diafragma.
Esta apertura, junto con la velocidad de obturación, determina la cantidad de luz que recibe el sensor de la cámara.

Las aperturas se indican en una escala de números o pasos (f. stop) que representan la fracción del diámetro de apertura del diafragma.
Una apertura de f.8 denota una apertura real ocho veces inferior a la focal (1/8); f.16 es 16 veces menor (1/16) y así sucesivamente. La escala puede ir desde f.1.4 en algunos lentes muy “luminosos” (y muy caros) hasta f.32.
En cada paso (hacia la derecha de la ilustración) entra la mitad de luz que en la anterior.
La importancia de esta escala está en que la variación del diafragma se compensará con la velocidad de obturación, manteniendo así una exposición correcta. Por ejemplo si una exposición es correcta a 1/125 a f.8, lo mismo será 1/60 a f.11. (Ver tabla de variables). Ya que supone exponer la película la mitad luminosidad, el doble del tiempo. Esta variación en la apertura de diafragma es lo que crea cambios en la profundidad de campo, que es la zona situada delante y detrás del punto de foco en la que los objetos aparecen aceptablemente nítidos. Si un lente 50mm está enfocado a 2 metros con una apertura de f.8, todo lo situado entre 1.2 y 3 metros aparecerá razonablemente nítido.

Cuando la apertura aumenta (aumenta la entrada de luz), y la profundidad de campo disminuye. Así mismo, cuando la apertura disminuye, la profundidad aumenta. Aprender a controlar la profundidad de campo por medio de la apertura es muy importante ya que de esta forma tu decides que tanto quieres que salga “en foco” detrás de tu sujeto. En muchas SLR se puede ver por el visor cerrado el diafragma (normalmente abierto durante el encuadre) mediante un botón de pre visualización.
Si quieres que tu sujeto salga nítido pero el fondo liso o fuera de foco, (suponiendo que no te gusta o te distrae lo que está detrás de tu sujeto), enfoca manualmente a tu sujeto y abre al máximo menos un paso tu diafragma (f.2.8 ó f.3.5).
En éste caso tu prioridad es un diafragma abierto y normalmente tendrás que compensar con una exposición rápida para limitar la entrada de la luz.
Si quieres que toda la escena salga en foco, -nítida-, tanto tu sujeto en primer plano como todo lo que está atrás (por ejemplo en paisajes o escenas con varios objetos a diferentes distancias) cierra tu diafragma al máximo menos uno o dos pasos. (f.11, f.16 o f.22).
En este caso tu prioridad es un diafragma cerrado y normalmente tendrás que compensar con una exposición lenta o un largo tiempo de exposición.
A menor apertura de diafragma, mayor profundidad de campo. ¿Por qué?
Supón que el lente afoca a una flor amarilla. Este objeto genera una forma de color amarillo en el plano de la imagen. Una vez afocado todo lo que esté a la misma distancia del lente que la flor, aparecerá en foco. Ahora considera una flor blanca detrás de la flor amarilla. Puesto que está fuera del área de enfoque no producirá una forma nítida en el plano de la imagen. En consecuencia, su imagen se formará en algún punto al frente del plano de la imagen. En el plano de la imagen se registrará una forma blanca. Este es conocido como un círculo de confusión. A medida que aumente la distancia con respecto al lente, el tamaño del circulo de confusión será mayor. Lo mismo sucede con objetos ubicados al frente de la flor amarilla. Puesto que éstos círculos de confusión son imágenes desafocadas de los objetos, a medida que se reduzca el círculo de confusión, aumentará la nitidez de la imagen.

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